Acerca del abuso de estimulantes
El abuso de medicamentos (drogas) del tipo estimulante es un fenómeno generalizado en muchos países desarrollados y en desarrollo de todo el mundo. Curiosamente, los estimulantes como una de las clases de drogas que se consumen, tienen la mayor parte de sus raíces en la prescripción de medicamentos que fueron distribuidos ampliamente al principio, y luego, como los peligrosos efectos secundarios comenzaron a ser conocidos, se pusieron bajo un estricto control o simplemente fueron totalmente prohibidos.
Los fármacos estimulantes son drogas que aumentan la capacidad de estar despierto, la energía y el estado de alerta, elevan la presión arterial y suprimen el apetito. Los fármacos de esta clase comenzaron a desarrollarse en la década de 1880, con la metanfetamina uniéndose a las filas después de terminar el pasado siglo.
Los estimulantes de prescripción abrieron la puerta para el mercado ilícito
Durante la Segunda Guerra Mundial, las anfetaminas fueron utilizadas por los estadounidenses, alemanes y japoneses para mantener a las tropas despiertas, contentas y motivadas. De hecho, en Japón después de la guerra, enormes reservas de metanfetamina con receta, de marca registrada Philopon, fueron puestos a disposición del público en general. En 1951, se observó la adicción y los daños que causaba y fue prohibida por el gobierno japonés. Finalmente, el potencial que tenía de consumo y de adicción fue reconocido por muchos países, y el uso médico de estos fármacos comenzó a disminuir. Sin embargo, esta disminución sólo abrió la puerta para quienes desean aprender a fabricar estas drogas en laboratorios ilícitos. Estos elementos criminales comenzaron a mantener abastecido el mercado con drogas estimulantes no reguladas y sin control.
El hecho de que una droga de esta clase fuese bastante simple de fabricar, ayudó a la propagación de las drogas de tipo estimulante en los Estados Unidos y en países en desarrollo. La metanfetamina se puede hacer en un garaje, en una casa o en un coche. Y la mayoría de los ingredientes y materiales son fáciles de adquirir.
El consumo de algunos tipos de fármacos estimulantes de receta médica suele seguir patrones culturales. Por ejemplo, el abuso de metanfetamina se asocia a menudo con las comunidades gay o con estilos de vida de la contracultura. Los estudiantes universitarios consumen frecuentemente, particularmente cuando llega la hora de los exámenes finales, drogas para el TDAH (Trastornos de Deficiencia de Atención e Hiperactividad), Adderall (el nombre de receta de la anfetamina), drogas del tipo de metilfenidato, las cuales incluyen Ritalin, Concerta, y Daytrana, o la misma metanfetamina de receta.
El abuso de los estimulantes varía según la región, pero el mayor consumo puede que se de en el sudeste de Asia
Ocurre muy a menudo que los jóvenes abusen de los estimulantes de prescripción médica, sobre todo en el sudeste de Asia, donde puede superar a la tasa de uso de cannabis. La metanfetamina es la principal droga de consumo en esta área, pero las anfetaminas son la mayor preocupación en Europa. Las jóvenes pueden consumir anfetaminas de la calle o pueden ir a su médico y obtener una receta farmacéutica de la metanfetamina con el nombre comercial Desoxyn, para controlar su peso.
Ritalin y Adderall son principalmente problemáticos en América del Norte y Australia. Cualquier estudiante que tenga una receta para Ritalin o Adderall, simplemente tiene que machacar las pastillas y aspirarlas, o las disuelve y se la inyecta para lograr un efecto mayor. Hay un mercado activo en los campus universitarios, con esos estudiantes que tienen receta para ese fármaco (droga) siendo capaces de encontrar un montón de estudiantes que están dispuestos a pagar para conseguir un par de tabletas a través de ellos.
Es muy posible el volverse adicto o dependiente de estas drogas. La retirada de los estimulantes de prescripción médica trae fatiga, depresión y trastornos del sueño. Una persona que toma estimulantes durante un período de tiempo puede experimentar paranoia y hostilidad, especialmente quienes has estado consumiendo metanfetaminas en la calle.
Según un nuevo informe mundial sobre las drogas, el abuso de estimulantes va en aumento
En el reciente Informe Mundial sobre las Drogas de las Naciones Unidas, se estimó que el número de personas que abusan de estimulantes de tipo anfetamínico podría superar al número de gente que abusa de los opiáceos y de la cocaína, juntas. La facilidad de fabricación y el hecho de que muchas de estas drogas se pueden crear cerca de donde habitan los consumidores (y por lo tanto haciendo menos probable que sean incautadas por la policía durante el transporte), ayudan a este crecimiento.
La ONU también calcula que en todo el mundo, entre 13,7 millones y 53 millones de personas consumieron sustancias del tipo de anfetaminas estimulantes al menos una vez en el año anterior, contribuyendo a estos números tanto los estimulantes de prescripción médica, como las que consumen de forma ilícita. En los Estados Unidos se estima que 21,2 millones de estadounidenses han consumido al menos una vez, de forma no médica, estimulantes de prescripción.
Las opciones de tratamiento para la adicción a los estimulantes son limitadas
Cuando un adicto busca un centro de tratamiento para la adicción a los opiáceos, hay un montón de programas de tratamiento de drogas que ofrecen medicación con metadona o con Suboxone para prevenir la aparición de los dolorosos síntomas de abstinencia. Aunque las compañías farmacéuticas están invirtiendo en investigación para llegar a un tratamiento, el hecho es que una persona entrando en rehabilitación de drogas que desea retirarse de los estimulantes no tendrá el mismo tipo de apoyo farmacéutico siendo un adicto a OxyContin.
Pero, de hecho, los adictos a los estimulantes de prescripción pueden encontrar ayuda para recuperarse de su adicción, sin el uso de drogas, en los centros Narconon de rehabilitación de drogas y alcohol. Con el uso de nutrición, ayuda física y ejercicios suaves de reorientación, los adictos a los estimulantes pueden finalmente y poco a poco liberarse de las garras de estos estimulantes y aprender a ver la vida bajo una luz completamente nueva.
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