El aumento del abuso de PCP hace una generación, siguió un patrón similar al del surgimiento de estos nuevos sintéticos disponibles en el mercado. El PCP, también conocido como “Polvo de Ángel”, se clasifica como un alucinógeno (causando alucinaciones) y como una droga disociativa (causando que uno pierda la noción de dónde está o de quién es). Estas alucinaciones podrían enredar la percepción y hacerle creer al drogadicto que un ser querido está tratando de dañarle o matarle. O se le puede ocurrir que es capaz de hacer cosas que en realidad no puede, tal como volar. Una droga disociativa provoca una desconexión entre la persona y sus pensamientos o su sentido de identidad. Sus propios pensamientos o sentimientos pueden parecerle irreales a una persona que ha tomado una droga disociativa. Podría perder cualquier sentido de su verdadera personalidad – en otras palabras, podría presentar un caso de locura aguda pasajera.
El polvo de Ángel (PCP) fue desarrollado como un anestésico para animales o seres humanos, pero se descontinuó su uso en 1965 al ver que la gente al despertarse luego de haber recibido la droga desarrollaba delirios o psicosis. Fue entonces cuando se infiltró en el mercado de las drogas ilícitas lo cual causó resultados desastrosos. Fue una de las más populares drogas ilegales en los Estados Unidos en los años 80. Al estudiar los efectos del PCP, los médicos señalaron que lo que realmente creaba esta droga era una esquizofrenia pasajera en algunas de las personas que la utilizaban. El comportamiento imprevisible, las salvajes oscilaciones de humor, las alucinaciones, y el aturdimiento total del sentido del dolor, ocasionalmente podrían crear un monstruo homicida.
El polvo de Ángel (PCP) se dejó de usar en gran parte porque sus peligros fueron ampliamente publicitados y llegaron a ser muy conocidos. Pero lamentablemente, junto con las nuevas drogas sintéticas que se están desarrollando, el polvo de Ángel (PCP) está peligrosamente resurgiendo ahora. Aunque parezca increíble, actualmente han reportado que es la droga de mayor consumo en Washington D.C. Por supuesto, alguien la está mercadeando fuertemente. Pero además, esta nueva generación de consumidores carece de experiencia con esta clase de drogas. A este fenómeno se le denomina “olvido generacional”.