Drogadicción – Factores
Siempre hay una razón por la que una persona empieza a consumir drogas o alcohol. Podría ser tan simple como el aburrimiento, el deseo de emoción o de aventura, o el hecho de que la gente con la que el consumidor de drogas quiere encajar está consumiendo drogas.
Muy a menudo, el primer consumo de drogas ocurre en un contexto social, donde alguien ofrece al nuevo consumidor probar algo de droga en forma de cigarrillo, aspirada o en pastilla.
Puede ser difícil ver el daño que se produce cuando los que te rodean están usando drogas como marihuana, éxtasis, alcohol o alguna otra sustancia, como jarabe para la tos. Después de todo, parecen estar divirtiéndose y no parecen estar enfermos o estar siendo dañados.
A continuación, el consumo de drogas se intensifica, tal vez hasta usar diariamente alcohol o marihuana. Tal vez el alcohol que se consume migra desde la cerveza al licor, y las cantidades se incrementan. O tal vez una persona consume éxtasis cada fin de semana y no sólo de vez en cuando. O tal vez la escalada es hacia una droga más fuerte, más peligrosa.
Alguien en un entorno social saca cocaína en polvo o crack, o metanfetamina o heroína fumable. O tal vez tienen un alijo de benzodiacepinas u oxicodona o Rohypnol. La persona que sólo estaba consumiendo un poco de marihuana o bebiendo algo, ahora da un paso adelante, más cerca de una adicción que está más allá de su control.
Es una pendiente resbaladiza cuando una persona comienza a consumir drogas. Es fácil perder la cuenta de cuánto se está consumiendo y con qué frecuencia. Dado que las drogas reducen la consciencia, es fácil no darse cuenta de que su consumo ha aumentado en frecuencia, cantidad o intensidad.
Si un consumidor de drogas estuviera alerta y fuera consciente de cada efecto que se produce sobre él por tomar drogas, no es muy probable que se volviera adicto. Pero la conciencia se desvanece imperceptiblemente.
Antes de que una persona que consume drogas se de cuenta, ella está desviando el dinero de los gastos del vivir cotidiano o del alquiler, hacia comprar más drogas o alcohol. En un primer momento, se pueden cubrir los agujeros, pero luego, una vez que su cuerpo crea tolerancia, ella necesita más cantidad de la droga que está consumiendo, sólo para evitar las molestias y dolores.
En algunos casos, un consumidor de drogas persigue ese bienestar y euforia del primer encuentro con una droga en particular, consumiendo siempre más, pero nunca consiguiendo el mismo resultado.
Debido a la consciencia disminuida, él empieza a cometer errores en el hogar o en el trabajo. Es posible que haya un accidente de coche o dos. Él podría ser despedido de un empleo o sufrir pérdidas en los negocios. Una vez que los ingresos se han reducido, el pánico puede aparecer. Él podría tomar el nuevo televisor de pantalla plana y venderlo, diciéndose que puede reemplazarlo más adelante. Bueno, esa es su justificación, de todos modos. No está fuera de toda duda que el día de Nochebuena él podría empeñar los regalos de los niños. Él (o ella) puede encontrarse a sí mismo cometiendo actos que nunca habría cometido cuando él no era adicto – no en un millón de años.
En un principio, los pequeños errores y las pérdidas se pueden explicar. Según las pérdidas y los errores se hacen más grandes, así aumentan los retos de la familia, los esposos, jefes o quien esté en el entorno inmediato. El consumidor de drogas se pone a la defensiva y hostil. Él podría acusar quien intenta hacerle ver lo que está pasando, de no preocuparse por sus problemas, de no apoyarle. Después de todo, su jefe/maestro fue injusto al despedirle/castigarle/suspenderle.
A medida que el consumo de drogas y la drogadicción crecen, también lo hacen los problemas y las excusas. Podrían comenzar a aparecer enfermedades, podría haber detenciones, más robos de cosas de la casa, o tal vez a los padres les desaparecen de repente joyas o dinero de las cuentas. A la empresa familiar puede faltarle miles de dólares.
Sin embargo el consumidor de drogas niega cualquier problema o falta. Es entre duro e imposible para una familia comprender el cambio en el comportamiento de alguien en quien siempre han sido capaces de confiar y amar.
Enfrentar la verdad es difícil para una familia y casi imposible para la mayoría de las personas que son adictas.
Para ese momento, el adicto ha cometido tantos actos deshonestos, dañinos, que para él sería muy difícil vivir consigo mismo si no fuera por las drogas. Cuando él está bajo el efecto de las drogas, no se da cuenta de los sentimientos de culpa. Cuando los efectos de la droga desaparecen, todas las mentiras y los robos y los errores pueden golpear muy duro. Pero otra piedra de crack o unos pocos OxyContin o un quinto de Jack Daniels, y él puede no notar nada más.
Así es como la culpa ayuda a mantener a una persona atrapada en la adicción.
Pero no tiene por qué ser permanente. Una persona puede ser liberada de la culpa y por lo tanto ayudada a lograr una vida estable y libre de drogas.
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