De acuerdo con la información de prescripción de estos medicamentos, se supone que son para ser usados sólo por períodos cortos. A causa de su adicción, no deben ser usados por más de unos pocos meses, como máximo, porque después de eso, dejar de usarlos puede producir síntomas de abstinencia que pueden ser incómodos o francamente peligrosos.
Para algunas personas, bastarían un par de semanas de abuso para crear la adicción. Pero, por supuesto, un adolescente o un adulto joven abusando de esta categoría de medicamentos puede que no sepa nada acerca de esta advertencia. Éstos son algunos de los tipos de lesiones físicas que pueden resultar del abuso de sedantes o tranquilizantes.
El Cerebro
En el último par de años, los médicos han descubierto que las benzodiacepinas pueden ocasionar daños en la parte central del cerebro. Los médicos continuaron observando pérdida de memoria a corto plazo entre las personas que están tomando esta droga médicamente y comenzaron a considerar que fuera probable que el daño proviniera de este daño cerebral. De hecho, la parte central del cerebro apareció atrofiada. Este deterioro también se presentó como la ataxia, o movimientos no coordinados.
Algunas personas que dejaron de usar estos medicamentos también sufrieron convulsiones que podrían estar conectadas con este daño cerebral.
El hígado
Algunas de las benzodiacepinas están asociadas con un riesgo de daño y enfermedad hepática. Por supuesto, cuando una persona está abusando de esta droga, él (o ella) está tomando una cantidad mayor de la recomendada. Esto aumenta aún más el riesgo de daños en el hígado.
Uno de los tipos principales de daños al hígado, la bilis no puede fluir desde la vesícula biliar hacia el hígado. Esto conduce a la ictericia, al agrandamiento del hígado, a dolor abdominal y a fiebre. El daño puede llevar a la hospitalización. De vez en cuando, esta condición dará lugar a insuficiencia hepática.
Suicidio / Autolesiones
Un riesgo final preocupante es la posibilidad de suicidio. Cuando una persona deja de usar estos medicamentos o cuando cambia la dosis, el riesgo de suicidio es mayor. El aumento de este riesgo se evidenció en el informe de un hombre estable de 62 años de edad, cuya prescripción de benzodiacepinas fue cambiada, y seguidamente se apuñaló varias veces en dos ocasiones en el mes que siguió al cambio.
Un estudio realizado en Suecia demostró que de 548 suicidios de ancianos por envenenamiento de drogas en un periodo de dos décadas, más de 300 estaban tomando una benzodiazepina como la causa total o parcial de sus muertes.
Y en 1985, un estudio señaló un aumento de autolesiones entre personas que tomaban triazolam (Halcion). Además de sufrir síntomas mentales como paranoia, confusión e irritabilidad, los pacientes intentaron o lograron causar los siguientes tipos de lesiones:
- Trató de romperse un brazo
- Cortes profundos en el cuello
- Cortes en las muñecas
- Golpes en la cabeza y en brazos
- Saltó delante de un coche
- Otra persona arrojó una silla a un niño
Problemas respiratorios
Se sabe que las benzodiazepinas causan depresión respiratoria. Uno de los mayores problemas con su uso es que se mezclan frecuentemente con alcohol o con opiáceos – ya sea heroína o analgésicos. Esta mezcla puede disminuir la respiración hasta el punto de que se detenga.
Si una persona toma más benzodiazepina de lo que él (o ella) puede tolerar, puede caer en un estado de no respuesta o no reacción, o sufrir de amnesia, de debilidad y de alucinaciones. Puede caer en coma. La respiración se suprimirá y la presión arterial se reducirá. Si una persona ya sufre de una enfermedad obstructiva cardiopulmonar, corre mayor riesgo si abusa de las benzodiacepinas.
Efectos sobre el embarazo y en los bebés
Cuando una madre ha estado tomando benzodiazepinas durante el embarazo, el recién nacido puede tener dificultad para alimentarse, puede mostrar signos de depresión en el sistema nervioso central y puede estar “laxo” – en otras palabras, puede tener una falta dramática de tono muscular (hipotonía). Esto puede durar hasta dos semanas, pero puede persistir por más tiempo si la madre está tomando los medicamentos durante la lactancia.
Las mujeres embarazadas que abusan de estos fármacos junto con otras drogas (que es el patrón normal) aumentan el riesgo de tener bebés con defectos de nacimiento. Si se usa un antidepresivo mientras se abusa de las benzodiacepinas, hay un mayor riesgo de anomalía cardiaca en un recién nacido. Un estudio mostró un mayor número de bebés nacidos con paladar hendido o labio leporino cuando la madre había tomado diazepam (Valium), durante el primer trimestre.
Una madre lactante que está tomando una benzodiazepina puede transmitir suficiente cantidad de la droga al niño poniéndolo en un estado letárgico. El bebé puede dejar de alimentarse y así perder peso.
En la página siguiente, vamos a informar sobre el daño que pueden causar los medicamentos para dormir, medicamentos que muchas personas consideran inofensivos.