La heroína se deriva del jugo de una amapola que crece en el sureste y suroeste de Asia, como también en Afganistán y Pakistán, México y Colombia. El zumo de la amapola lo convierten en opio y luego en morfina, y después, la morfina es procesada para convertirla en heroína. Todos los años, se produce y se trafica más de 400 toneladas de heroína que llega a los consumidores alrededor del mundo. La heroína es transportada a los Estados Unidos desde Latinoamérica a través de la frontera de Estados Unidos y México. La heroína de Asia llega mayormente desde Europa a las grandes ciudades de la costa este de los Estados Unidos.
En Norte América se consume más del 40% de la heroína del mundo. Una vez que las drogas llegan al territorio norteamericano, generalmente, son distribuidas entre las bandas de narcotráfico y los grupos criminales que dividen los cargamentos grandes en paquetes más pequeños. Y de ahí, esos paquetes pequeños encuentran clientes con ansias y adicción por la droga.
El área que está más afectada por la amenaza de la heroína es la costa noreste, donde los canales de tráfico han existido por muchas décadas. El aumento en la producción de la heroína en México y en Sur América ha resultado en más ciudades norteamericanas recibiendo cargamentos de esta droga. Miami, Texas y los estados de la costa del Pacifico también han sido particularmente azotadas por esta droga.